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sábado, 8 de febrero de 2014

Asesino

Asesinaste todo lo bueno que me quedaba.
Asesinaste las palabras que solo a ti te recitaba.
Fuiste el rey de mi vida pero
lo asesinaste todo con una mentira.

“Adiós” dijiste, después de todo lo que hice.
Destrozaste toda nuestra vida juntos,
todos nuestros planes de futuro.

Noté el peso del arma en tus manos,
mientras dejabas escapar un lento suspiro.
Cerré los ojos mientras apretabas el gatillo,
sintiendo el celeste zafiro
creando de mí un montón de polvo,
creando miles de partículas de mi corazón roto.

Entonces averigüé que eras el asesino.
Eras el lobo del que tuve que resguardarme.

Del que Caperucita nunca debió encontrarse.

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