No
poder vivir cada madrugada en paz, pensando cuantas veces más te voy
a amar.
Sin
parar de pensar en qué momento lo nuestro fue real.
Alcanzar
con las yemas de mis dedos rayos de sol en el cielo.
Alcanzar
estrellas con tan solo alzar el vuelo.
Mentiras
y más mentiras en mis letras, con tus notas escritas y puestas en
ácido, donde tus palabras malintencionadas
fueron seguidas por mi escaso descanso.
Miles
de besos repartidos por tu dulce cuerpo. Sin descanso, sin temor; con
el calor recorriendo cada poro de tu piel, sin darme cuenta de mi
estupidez.
Respiraciones
agitadas en mitad del enredo de nuestros cuerpos. Sin más palabras,
sin más consentimiento.
No hay necesidad de acelerar el
procedimiento.
Disfrutemos
del momento. De sentirnos bien, de sentirnos vivos con nosotros
mismos.
No
ser capaz de aceptar por mí misma que estoy loca por su silencio.
Por
sus besos inexistentes.
Y
es que tan solo era un sueño.
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